Cuperosis: qué es y cómo tratarla

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El origen del término “cuperosis” proviene del siglo XVI con Ambroise Paré, un cirujano y anatomista francés, que denominó las lesiones rojas faciales “gutta rosácea”, concepto que se transformó en “gota rosa” y que finalmente acabó llamándose cuperosis, rosácea o puntos rubí, tres fenómenos cutáneos relacionados con un problema vascular.  

¿Qué es la cuperosis?

La cuperosis son rojeces visibles en el rostro, principalmente en las mejillas y nariz.  A menudo a la cuperosis se la llama “arañitas” o “telangiectasias”.

Se trata de un trastorno circulatorio, una fragilidad venosa que afecta principalmente a las pieles de tono claro, finas e hipersensibles, con facilidad a ser fotosensibles.

cuperosis

Síntomas de la cuperosis y su problemática

Al referirnos a los síntomas de la cuperosis, encontramos 3 fases por las que pasa la piel:

Las rojeces faciales se deben a la vasodilatación, es decir, a la dilatación de los vasos sanguíneos que se sitúan justo debajo de la piel. La afluencia de sangre enrojece la piel, pero no se ven capilares. Puede ocurrir después del esfuerzo físico, por ejemplo, o cuando hay un cambio brusco de temperatura. 

La cuperosis es la «segunda etapa» de la problemática. Se caracteriza por un enrojecimiento más importante de la piel. Los vasos sanguíneos, visibles a simple vista, forman pequeñas y finas líneas individualizadas en la superficie de la piel. Se instalan de manera permanente.

La piel rosácea corresponde a la «última etapa». Fenómeno cutáneo más complejo con enrojecimiento e inflamación de las glándulas sebáceas con formación de pústulas o pápulas.

Características de la cuperosis

La cuperosis se caracteriza por el enrojecimiento de ciertas zonas de la cara: las mejillas, la zona media con la nariz y, a veces, la frente y la barbilla.

Por lo general, los pequeños vasos sanguíneos presentes en la cara se dilatan cuando pasan repentinamente del frío al calor y hacen arder las mejillas. Después de unos momentos, el enrojecimiento debe desaparecer, pero no pasa siempre. Con el tiempo y después de muchas agresiones, los pequeños vasos pierden su elasticidad y el enrojecimiento difuso se vuelve permanente. Se observa entonces laceraciones rojas visibles por transparencia de la piel o, lo que es lo mismo, la cuperosis. 

La piel que sufre cuperosis es una piel que se irrita fácilmente y que reacciona en exceso a las agresiones ambientales. 

Con la cuperosis, los vasos sanguíneos se alteran y sufren mucho los cambios de temperaturas. Sus contracciones y distensiones continuas pueden llegar a que se revienten, y estas rupturas se hacen visibles bajo la piel.

La cuperosis no es dolorosa en sí, pero se manifiesta por una alta sensibilidad que puede ser molesta.

Cómo tratar la cuperosis y qué podemos evitar

En Mon Petit Pot hablamos de la cuperosis y la cosmética, pero obviamente, la nutrición, la calidad del sistema digestivo, el estrés, las hormonas y otros factores influyen de forma directa en el estado de la piel.

Si la cuperosis se establece con un enrojecimiento permanente, el fenómeno es irreversible. Y la regresión ya no es posible. Solo los tratamientos con láser o electrocoagulación pueden hacer desaparecer la cuperosis.

Por lo tanto, a la hora de buscar un tratamiento para la cuperosis, los productos cosméticos pueden únicamente prevenir y evitar una exacerbación de los síntomas.

Primero de todo, se debe evitar el uso de cosméticos irritantes para limitar el enrojecimiento. Por ejemplo:

  • Prescindir de cosméticos que lleven fragancias químicas.
  • Evitar los conservantes químicos y el alcohol que pueden “estropear” la microbiota cutánea.
  • No usar tensioactivos muy detergentes.

Aconsejo limitar también el uso de aceites esenciales en general, excepto los que aportan una acción específica para la cuperosis y la sensibilidad.

Se aconseja también prescindir del uso de exfoliantes tanto físicos como químicos como los ácidos; ya que hacen aún más frágil las pieles sensibles.

Productos cosméticos para la cuperosis

Para minimizar el desarrollo de la cuperosis, los productos cosméticos deben:

① Mantener en buen estado la barrera cutánea

→ para limitar la permeabilidad cutánea a los factores irritantes. La piel no debe ser seca.

→ para proteger mejor la piel de las agresiones exteriores y disminuir la sensibilidad a los estímulos.

Reforzar los capilares para que no se rompan fácilmente y devolverles su elasticidad. Los flavonoides son buenos protectores de los vasos sanguíneos (vasoprotectores).

Reforzar la permeabilidad capilar y mejorar la microcirculación como 

los aceites ricos en vitamina K.

Bajar la inflamación cutánea, una consecuencia debido a la dilatación capilar. 

Ingredientes cosméticos para la cuperosis

Limpieza del rostro:  arcillas y aceites vegetales.  Evita el uso de jabones y exfoliantes fuertes que estropean la capa hidrolipídica y aumentan la permeabilidad.

Tonificar y refrescar: Los hidrolatos de hamamelis, té verde (astringente) y manzanilla (calmante).

Aceites vegetales:

  • El aceite de calófilo contiene compuestos fluidificantes que actúa sobre la microcirculación. Además, es antiinflamatorio, antioxidante y cicatrizante.
  • El aceite de germen de trigo y el aceite de macadamia son ricos en vitamina K y mejorarán la microcirculación. 
  • El aceite de cáñamo es un buen complemento para suavizar, calmar las irritaciones y sobre todo reducir la inflamación, gracias a sus omegas 3 y 6. 
  • El aceite vegetal de manteca de karité actúa protector gracias a su acción filmógena y emoliente. 

Se pueden incorporar los aceites vegetales en un serum de noche o en tu crema hidratante.

Aceites esenciales: destacamos la siempreviva (reparador y circulatorio), el ciprés (descongestionante venoso: restaura la elasticidad de la pared de las venas), la jara (potente astringente), la manzanilla (antiinflamatorio) y el limón (fluidificante sanguíneo)

Extractos de plantas con propiedades vasoconstrictoras y descongestionantes como manzanilla, meliloto, regaliz, rusco, castaño de indias y semillas de vid.

Otros componentes: Los derivados de la manzanilla son muy interesantes por sus propiedades antiinflamatorias y calmantes (tenemos el alfabisabolol, el azuleno y el pantenol). El ácido glicirrético contenido en la regaliz sirve también como antiinflamatorio y anti-rojeces.

La cuperosis no es una enfermedad; sino un problema estético. No pasa nada, pero puede ser que, con el paso del tiempo, esta cuperosis desemboque en rosácea. En cualquier caso, quédate atenta a los cambios que pueden surgir y cuídate mucho.

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